30 de mayo de 2019

Uno

Miro el reloj por enésima vez. Son las siete de la mañana. Apenas he dormido desde que llegué anoche de Praga. Este insomnio tiene nombre, apellido y hasta número de la seguridad social. La mayor parte del tiempo aparenta ser humana, pero en algunas ocasiones me genera dudas. Sé que si no pongo fin a esta situación terminaré enloqueciendo. Recibo un mensaje en el móvil. Es ella, marcando teclas como siempre, nunca llama. Parece un puto robot. Tensi Voy a tu casa o marcho a la mía? 7:13 «¿Estás de coña? ¡Llevo esperándote toda la madrugada!», lo pienso, pero no lo escribo. «¡Vete a la casa del capullo con el que acabas de estar!», también lo pienso, tampoco lo escribo. Cuento hasta diez. Le respondo: Cerati Aquí te espero 7:15 Mi apartamento es el último de un edificio de cuatro plantas. En la cocina hay ventanales que ofrecen vistas a la parte de atrás de una discoteca, a un bidegorri y al parking que está en medio del monte. De pie, y observando hacia la calle, espero a que aparezca mi próxima ex novia. La veo pasar frente a mi portal. Aparca, pero no baja del coche y sigue con las luces traseras encendidas. Le escribo: Cerati Tardarás en llegar? 7:21 Tensi Sí, tengo el coche lejos 7:22 Cerati Ok. Hazme una perdida cuando llegues 7:22 Si le pagaran por mentir estaría forrada. Aguardo pocos minutos, pero los nervios me invaden. A pesar del frío, decido bajar al parking y sorprenderla. Pero, ¿y si está con aquel imbécil? Nunca he peleado por una mujer. Tampoco pienso gastar energía en ello. Tan sólo quiero confirmar mi sospecha y acabar con esta angustia de una puñetera vez. Salgo a la calle con la misma ropa con la que estaba en la cama: pantalón corto y camiseta, más unas chanclas y el pelo desgreñado. Parezco la versión dominguera de Robert Smith. Una vez abajo, avanzo hacia el coche de Tensi mientras le escribo: Cerati Pues sí que estás lejos. Con lo pequeño que es este pueblo y aún no llegas 7:28 Tensi Estoy yendo… 7:29 Cerati Escribes y conduces al mismo tiempo? 7:29 Tensi Sí, hago lo que puedo 7:29 Cerati Ok. Ten cuidado 7:30 A pesar del malestar, una parte de mí se divierte quitándole el disfraz. Tensi es la falsedad personificada. Una fuente inagotable de mentiras. Aunque soy sincero: en alguna ocasión también he mentido. No soy una puta hermana de la caridad. Pero, ¿lo hice con la intención de causar daño? No. ¿He dado puñaladas verbales sólo por el placer de herir a alguien? No. Actuar así es de psicóticos, y Tensi da todos los indicios de pertenecer a ese selecto grupo de trastornados. Continúo con mi aventura matinal. Veo que Iskar está online, significa que no están juntos. Entonces, ¿por qué Tensi tarda en venir? Los dos están chateando, eso está claro. ¿No les ha bastado con estar juntos y de fiesta toda la noche? Intento sacarle información: Cerati Qué pasa tío! Ésta ha marchado a casa o qué? No sé nada de ella 7:31 Iskar Hey ke dices!! Pues no se. La he dejado en su coche... Iva fina XD 7:32 Cerati Jajaja Ya os vale 7:32 Capullo... Estoy junto al coche. Me acerco despacio hacia la puerta del conductor. Ella sigue escribiendo en su móvil sin notar mi presencia. La observo durante unos segundos antes de dar un par de toques a la ventana. Se sobresalta. ─Egun on ─le digo. Después del desconcierto inicial, su mirada deja de expresar sorpresa y pasa a desprender odio, no sólo hacia mí, sino hacia ella misma por haberse dejado descubrir. Abro la puerta e intento quitarle el teléfono, pero se muestra ágil y logra protegerlo. Mi reacción no ha sido la correcta, pero es difícil atender al razonamiento cuando se está exaltado. Entro por la puerta del conductor, paso sobre Tensi y me planto en la silla del copiloto. ─¿Con quién chateas? ─le pregunto. ─Con mi primo. Estábamos discutiendo. ─¿Discutiendo? ¿Un sábado a las ocho de la mañana? Relación rara la vuestra. Venga, déjame ver el último mensaje que os habéis enviado. ─¡No! ¡Son asuntos de familia! ¡Son cosas privadas! ─Se le hincha una vena en el lado izquierdo de su frente. Parece que va a estallarle en cualquier momento. ─Vale. Vale. ¿Y por qué me gritas? Si la pelea es con tu primo, ¿no? Permanece callada. Ni siquiera es capaz de mirarme. Me cabrea su silencio. Me cabrea que me tome por gilipollas. Prefiero escuchar una verdad dolorosa y cortar por lo sano, que seguir alargando esta farsa. El problema es que la sinceridad y Tensi no son compatibles. Disimulo mi ira y adopto una pose menos soberbia; con tono diplomático le digo: ─Puedes parar ya, en serio. Si me has engañado con aquel subnormal, dímelo y se acabó el drama. Cada uno sigue su camino y no nos volvemos a ver. Así de fácil. No me responde, tan sólo observa hacia enfrente, como una vaca mirando al tren. Debería bajar del coche y dejarla sola, sin ninguna palabra más de por medio: La ruptura definitiva. Pero no lo hago. La terquedad le gana la batalla a la inteligencia, y opto escribirle a Iskar. Nadie pensaría, conociendo la situación actual, que hasta hace poco él y yo éramos colegas. Durante estos últimos meses fui su hombro después de que su última novia lo dejara. Pero, fruto de su soledad y aburrimiento, ha decidido lanzarse tras Tensi. Y a mí que me den. Medito una frase. La escribo. La leo. Dudo en enviarla. La borro. La vuelvo a escribir. La envío:

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